miércoles, 23 de noviembre de 2011

Porque la radio no evoluciona?




Vivimos en la era de las telecomunicaciones, la sociedad de la información y las nuevas tecnologías. Parece que todo, absolutamente todo, tenga que digitalizarse y convertirse en una “app” para descargarse en un “Tablet”. Pero… ¿y la radio? ¿Un medio al que una de cada tres personas dedica un promedio diario de 1 hora y 40 minutos y el 6,5% afirma que es su actividad principal de la jornada? Pues resulta que seguimos escuchando la radio en FM y hasta en AM, es decir, vivimos en el siglo XXI con la radio del siglo XX. ¿Pero por qué la radio no evoluciona? ¡No será porque los ingenieros no hayan propuesto mejoras en el servicio! Respecto a una de las últimas, el DAB, cabe preguntarse si es bastante bueno. No lo sé, pero lo cierto es que el estándar DAB es un sistema que ofrece una mejora en la calidad del audio y es primo hermano del que utiliza la TDT. Dejo a criterio del lector si es o no un buen estándar, porque no nos pondríamos de acuerdo.

Pero el DAB no es el único sistema de digitalización de la FM. En el mundo hay otros sistemas de digitalización de la frecuencia modulada, por ejemplo, en Norteamérica se utiliza el sistema IBOC. Y en Europa el estándar DRM, inicialmente destinado a las emisiones en onda media, que ya tiene su versión aplicable a la banda I para la FM. Hasta hay sistemas digitales en otras bandas del espectro, por ejemplo el SiriusXM para el satélite en Estados Unidos, con la colaboración de la industria automovilística. Y a pesar de la diversidad de alternativas, ninguna de ellas ha tenido el éxito o la implantación esperada. No parece, por tanto, que sea un problema causado por la solución técnica escogida.

Por otro lado, recientemente leía el artículo de Laia Reventó en El País del 27 de abril en el que nos hablaba de la radio cognitiva. Se trata de una nueva tecnología que permite a los sistemas sin hilos modificar de forma dinámica sus parámetros de comunicación y utilizar los canales de comunicación óptimos en cada momento en función de la red, de los usuarios…

De nuevo, los ingenieros han sido capaces de pensar, diseñar e implementar una tecnología que permite mejorar, en este caso, la gestión del espectro radioeléctrico garantizando un uso más eficiente.

Y pese a que en las principales capitales del país hay más emisoras de radio de las previstas, y que en consecuencia están menos separadas espectralmente de lo que sería aconsejable, esta tecnología, de momento, no parece que de señales de aplicarse en la recepción de la radiodifusión sonora. Sobre todo porque la radio es un medio de comunicación que no es punto-a-punto sino punto-multipunto.

Sí que tienen una planificación directa en la gestión de la telefonía móvil o de las redes de datos de una oficina, por ejemplo.

En cualquier caso, nos aparece un nuevo campo importante de análisis y estudio, y estamos obligados a intentar buscarle aplicaciones en todos los sectores, sobre todo teniendo en cuenta que las políticas en telecomunicaciones que nos vienen desde Europa potencian el “dividendo digital”.

Las necesidades del espectro radioeléctrico cada vez son mayores y, como sabemos, es un recurso escaso y limitado, de manera que hay que optimizar su uso.

Los foros europeos trabajan para encontrar el estándar que defina la radio del futuro. Pero en vez de respuestas lo que encontramos son preguntas. Algunas de ellas compartidas con la televisión: ¿la radio se debe digitalizar o convertir en IP?

Actualmente la práctica totalidad de las emisoras de radio emiten por Internet. Hasta existen servicios de podcast, radio a la carta, Spotify o similares que te permiten consumir los contenido de la radio por internet.

Y, a pesar de esto, la radio se mantiene en un estado razonablemente saludable, si la ponemos dentro del contexto de la situación económica actual y el resto de elementos que le afectan y, especialmente, si lo comparamos con otros medios de comunicación.

Y volvemos al punto de partida: ¿qué pasa con la radio? Se escapa a toda lógica. Mientras todos los medios de comunicación se digitalizan y entran de lleno en el siglo XXI y buscan y experimentan todo tipo de sinergias con las TIC, la radio se mantiene en analógico. Parecía anecdótico que la AM hubiera sobrevivido a la aparición de la FM y ahora nos encontramos con una realidad todavía más inexplicable.

Lo cierto es que el Gobierno español se comprometió a que, antes del 1 de noviembre de este 2011, la radio pasaría a ser digital. Sin más especificaciones. Sin hablar de tecnologías. Sin hablar de apagones o no apagones. Solamente el compromiso de la digitalización.

Una digitalización que, como ya hemos comentado, es técnicamente viable pero que a pesar de todo no es aceptada por el sector ni por los usuarios.

A menudo los ingenieros nos pensamos que porque hemos inventado una cosa que funciona y que es mejor en calidad y en prestaciones, el mercado lo tiene que aceptar con los ojos cerrados y debe migrar a la nueva versión de inmediato. Pero lo cierto es que con la radio esto no pasa. Probablemente porque la gente ya tiene ahora lo que espera de la radio: una calidad aceptable y unos contenidos con la suficiente diversidad.

La tecnología tiene que estar al servicio de las necesidades del usuario, y no el usuario al servicio de la tecnología.

Meritxell Bosch.
(colegiada/asociada 1.038 del Colegioi/Associación Catalana de Ingenieros de Telecomunicaciones)
Artículo publicado en el número 54 de la revista Telecos.cat

No hay comentarios:

Publicar un comentario